Luego de analizar el conflicto generado por la realización de grafitis en el centro histórico de la ciudad, la Alcaldía Local de La Candelaria decidió iniciar gestiones para la adecuación de algunas paredes en las que los jóvenes se expresaran en lugares determinados y no indiscriminadamente por toda la localidad. Se inició la gestión para la solicitud de los respectivos permisos en diferentes entidades, sin contar con una respuesta satisfactoria para realizar dicho proyecto.
El grafiti es visto por muchos residentes de la localidad como una alta fuente de contaminación visual, deteriorando el centro histórico. Los que realizan grafitis lo ven como un acto de expresión superior a cualquier patrimonio, generador de identidad y estatus, creador de una nueva concepción de estética urbana y principalmente como un medio alternativo de comunicación para expresar lo que se quiere transmitir masivamente, sin ningún costo, dicho por Umberto Eco: “Se expresan a través del grafiti, aquellos mensajes que no es posible incluir en otros circuitos de comunicación, por incapacidad de poseer un medio”. Por el otro lado, se encuentra la institución encargada de regular los conflictos que se presentan en la sociedad, quien en este tema cuenta con muchos vacios jurídicos que logren dar una solución integral al conflicto. Es así como nos encontramos principalmente con tres actores: los grafiteros que quieren expresarse su concepción a través de las paredes; los residentes quienes por realizar un inversión para mantener su casa, lo ven como un deterioro a su inmueble y la institución que busca salvaguardar los intereses comunes de los ciudadanos y cumplir con la normatividad existente
Camilo Alvarado
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